Leemos hasta la saciedad que identificar las contraseñas es pan comido para los hackers. Cada vez es más sencillo vulnerar una cuenta, no porque infiltren en nuestro ordenador un sofisticadísimo programa que descifre cuáles son nuestras claves para acceder a nuestro correo o cuenta bancaria.
La mayoría de las veces, un tercero obtiene nuestros datos porque nosotros mismos los facilitamos al entrar en una web o porque creemos que es nuestro banco quien nos pide los datos y ¿cómo no se los vas a proporcionar? No nos paramos a pensar que el banco ya tiene nuestros datos. Entonces ¿para qué dárselos de nuevo?
Las empresas siguen investigando cómo evitar que hackers y malware se infiltren en sus servidores. Muchos de los terminales tienen acceso con contraseñas en las que hay que introducir letras, números y caracteres especiales.
Esto sucede no solo en las compañías, también es habitual este sistema en ordenadores, tablets y teléfonos móviles. En el caso de los smartphones, tienen el famoso PIN. Este tipo de contraseña contiene 4 cifras.
Sistemas biométricos para la protección de contraseñas
Otros sistemas biométricos que se están aplicando son la identificación por huella, por el iris o por el rostro. Un ejemplo lo tenemos en Apple y su innovador FaceID que desbloquea el terminal con el rostro de su dueño.
Ahora Samsung acaba de patentar un nuevo modo parcial de evitar teclear contraseñas: la palma de la mano. El gigante coreano aún no ha emitido ningún comunicado al respecto, pero parece ser que se trata de un gestor de contraseñas.
El usuario colocaría la palma de la mano sobre su terminal para autentificar la huella. Una vez comprobada el termina mostrará parte de la contraseña. El usuario debería escribir el resto. Desconocemos si se aplicará comercialmente este modelo de proteger las contraseñas. Lo que sí es definitivo es que los fabricantes apuestan por nuevos modos de protección de las claves de los usuarios.