En la actualidad, no hay prácticamente nada que no pueda recibir ciberataques. Ordenadores y smarthphones son los blancos preferidos de los ciberdelicuentes, aunque no los únicos.
La última hazaña de estos hackers ha tenido como objetivo los cajeros automáticos. El Grupo IB, la empresa rusa de seguridad cibernética, ha afirmado que la ciberdelincuencia ha conseguido atacar de forma remota varios cajeros automáticos en casi doce países europeos, entre los que se encuentra España.
Los ciberataques se han estado produciendo a lo largo de todo este año mediante un software malicioso que obliga a estas máquinas a escupir dinero en efectivo. Hace ya más de cinco años que los ciberdelicuentes habían puesto su punto de mira en estos cajeros automáticos. En un principio el cibercriminal necesitaba acceder físicamente a la máquina, pero en los últimos ataques no han necesitado de esta técnica, ya que se han hecho desde la distancia, de forma remota.
Atrás han quedado aquellos tiempos en los que los hackers robaban los números secretos de las tarjetas de crédito o las credenciales de acceso a la banca online. Los cajeros automáticos son máquinas vulnerables porque tienen un software poco seguro. Expertos en ciberseguridad afirman que estos ataques son un nuevo modelo de crimen organizado.
Los países afectados han sido Armenia, Bielorrusia, Bulgaria, Estonia, Georgia, Kirguistán, Rumania, Rusia, España, Gran Bretaña y Malasia. La compañía rusa de ciberseguridad ha bautizado a este grupo de ciberdelicuentes con el nombre de Cobalt. Este nombre se debe a que para llevar a cabo estos ataques, utilizaron una herramienta de seguridad conocida como Cobalt Strike que les permitió moverse entre los ordenadores de la red bancaria infectada.
En lo que se refiere a nuestro país, los ataques han tenido muy poco impacto, pero el director general del Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE), Alberto Hernández, ha asegurado que aunque estén trabajando para suprimir estos ciberataques prevén que, en España, se van a producir cada vez más.